El frío puede tener un impacto significativo en el desempeño del motor de un camión o vehículo pesado, lo que afecta a varios componentes clave del sistema.
Algunas de las marcas líderes en el mercado de transporte pesado, como Volvo o Mercedes Benz, pueden verse afectadas por estos efectos. A continuación, Truck Depot, líderes en Honduras y en Centroamérica en repuestos pesados, te describe algunos de los efectos más comunes del frío en el motor del vehículo pesado.
En primer lugar, el frío puede dificultar el arranque del motor debido a que las baterías de los vehículos pesados, las que también pueden dañarse si se descargan por completo y se exponen a temperaturas extremadamente bajas.
Además, el aceite del motor se vuelve más espeso a temperaturas frías, lo que puede dificultar su flujo y reducir su capacidad para lubricar los componentes del motor. Esto puede aumentar la fricción y el desgaste, lo que puede causar daños permanentes en el motor.
Los combustibles líquidos como la gasolina y el diésel también pueden volverse más espesos a temperaturas bajas, lo que puede hacer que sean más difíciles de vaporizar y quemar en el motor. Esto puede reducir la eficiencia del motor y aumentar las emisiones contaminantes.
Las temperaturas frías pueden reducir la eficiencia del sistema de enfriamiento del motor, lo que puede provocar un sobrecalentamiento del motor en el transporte pesado. El líquido refrigerante también puede congelarse en temperaturas extremadamente bajas, lo que puede causar daños en los componentes del motor.
Respecto a los neumáticos, las bajas temperaturas pueden hacer que la presión de estos disminuya, lo que puede afectar la tracción y el consumo de combustible del vehículo pesado. Los neumáticos también pueden perder agarre en superficies resbaladizas debido a la nieve y el hielo.
Para proteger tu vehículo pesado del frío, Truck Depot te recomienda seguir estos consejos
Revisa la carga de tu batería
Las baterías de los automóviles pueden perder hasta la mitad de su potencia con el frío. Si, además, la tuya ya es antigua, el riesgo de que no puedas arrancar tu coche es muy elevado. Para evitarlo, pide al taller que revise la carga de tu batería, ya que es preferible reemplazar a tiempo que evitar algún tipo de problema.
Comprueba el líquido refrigerante
Una de las maneras más eficientes de proteger tu coche del frío es comprobar el estado del líquido refrigerante. Te llevará solo 5 minutos, pero conseguirás prevenir la congelación de los circuitos del vehículo.
Los refrigerantes del mercado suelen ser amarillos, verdes o rojos. Asegúrate de que el líquido mantiene un color intenso. Si, por el contrario, tiene un aspecto transparente o sucio es sinónimo de que ha perdido las propiedades descongelantes. En ese caso, es preferible cambiarlo por uno totalmente nuevo.
Calienta el motor en ralentí
Llegas tarde a trabajar, y nada más entrar en el coche lo arrancas y pisas el acelerador. ¡Error! Si las temperaturas son bajas, es indispensable que el motor se caliente adecuadamente antes de empezar tu marcha. Para ello, arranca el coche y espera al menos 4 minutos a que todos los fluidos de su interior alcancen una buena temperatura antes de circular.
Levanta los limpiaparabrisas por la noche
Si sueles aparcar tu coche en la calle, ¡este consejo te resultará útil! Mantén los limpiaparabrisas levantados durante la noche para prevenir que se hielen. Evitarás que la goma se quede pegada al cristal y acabe por romperse. No olvides hacerlo también en los limpiaparabrisas traseros.
¡Consejo práctico! Durante las gélidas noches, es posible que las lunas del vehículo se congelen. Para proteger tu coche del frío, evita a toda costa echar agua caliente sobre el cristal. Aunque conseguirás deshacer la helada, ese líquido acabará en el interior del capó y podría perjudicar al motor.
Cambia los neumáticos por unos de invierno
El frío podría comprometer gravemente tu seguridad al volante. Las heladas o temperaturas bajas provocan una reducción en el tiempo de frenado de los neumáticos. Además, unas ruedas genéricas no garantizarán un agarre perfecto sobre superficies nevadas o con hielo.
Por ello, es recomendable cambiar los neumáticos por unos de invierno. Este tipo de ruedas ofrecen una distancia de frenado un 25% más corta en condiciones invernales. Además, conseguirás proteger tu coche del frío gracias al mejor agarre y suspensión que ofrecen.